Los problemas adaptativos suelen estar precipitados por un estrés, un trauma agudo, también por crisis vitales (relacionado con el desarrollo) y puede durar hasta que la persona alcance un nuevo nivel de adaptación que le permita afrontar el estrés. Produce alteración a nivel personal, social y laboral y puede agravar cuadros orgánicos debido al estado tensional. Según el DSM es una respuesta a una situación psicosocial estresante y las consecuencias derivadas de dicho estrés deben presentarse durante los tres meses siguientes. La sintomatología suele desaparecer a los 6 meses de cesar el estrés, aunque puede ser variable dependiendo del agente estresor. El malestar emocional o conductual aparece normalmente durante el primer mes.
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