Los fenómenos conversivos son la expresión externa y simbólica, en forma de síntomas motores, sensoriales, fisiológicos y psicológicos de conflictos intrapsíquicos generadores de ansiedad. No esta basada en ninguna alteración somática localizable siendo todo funcional.
Se pueden dar crisis psicomotoras acompañadas de aparente pérdida de conciencia, con caída al suelo y convulsiones ocasionalmente similares a las crisis epilépticas del gran mal, la duración puede ser de algunos minutos a varias horas y pueden ser consecutivas a cualquier excitación emocinal. También crisis lipotímicas, siendo diferentes a la lipotímia sincopal en que, la pérdida de conciencia no es nunca completa y no suele herirse al caer al suelo, suelen presentarse después de un impacto emocional. Ataques catalépticos donde la persona queda aparentemente dormida durante horas o días.
También puede presentarse en forma de síntomas permanentes, como trastornos motores tipo parálisis, en las que se pierde la capacidad para efectuar unos movimientos determinados. Las contracturas, que son permanentes durante el estado de vigilia, o espasmos viscerales que afectan principalmente al tubo digestivo, al aparato respiratorio y al uro-genital. También se pueden encontrar anestesias, o todo lo contrario, hiperestesias y que no corresponden a ninguna alteración neurológica, también problemas sensoriales a nivel visual que no tienen una lesión orgánica localizable. Disociaciones con casos de fuga y de doble personalidad donde se produce una división interna a consecuencia de traumas o situaciones de estrés intolerables para la persona.
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