La fatiga y el agotamiento, originan una disminución en la cantidad y cualidad de las actividades cotidianas, aparición de síntomas somáticos, pérdida de peso, irritabilidad, etc. La capacidad de aprendizaje y atención, así como la retención mnésica decrece proporcionalmente a la intensidad de ésta. También se produce una pérdida del control emocional por lo que la persona puede aperecer como lábil.
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